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Estilo de vida

El poder del emprendimiento femenino

Por:  Viola Edward

El poder del emprendimiento femenino es una herencia que traspasa los tiempos

Todo lo que damos por sentado en nuestra vida social como familia y educación no nos parece nada extraordinario porque siempre ha estado, ¿verdad?… sin embargo, esas bases de la sociedad que nos han permitido convivir por lo menos 2022 años, según nuestro calendario gregoriano, fue un proceso de emprendimiento de la mujer; quizás por eso es que pudiera decir que hablar de emprendimiento femenino es como una redundancia.

Viajando hacia atrás en el tiempo, como lo han propuesto algunas organizaciones educativas y de investigación, durante el paleolítico (entre 2.500 a 3.500 años antes del presente), cuando se cree que los grupos humanos comenzaron el proceso civilizatorio, la figura de la mujer era equiparada a una deidad suprema como la misma tierra porque daba vida, guardaban en sus cuerpos el misterio y el conocimiento del nacimiento. 

Estas sabidurías de maestras, nodrizas, curanderas y hasta guardianas del fuego pasaban en progresión de anciana a madre y luego a hija… y así hasta nuestros días cibernéticos.

Honrando brevemente a la mujer de nuestra especie, iniciamos nuestra conversación sobre el emprendimiento femenino.

De adentro hacia afuera

Según el diccionario de etimología de Chile, la palabra emprender está compuesto por el prefijo latino in-en (hacia dentro) y prehendere (atrapar, coger), por lo que podemos reflexionar que un emprendimiento surge como un sentimiento, un deseo, un pálpito o un querer. 

No es algo que viene de afuera, que se impone, sino que más bien va viajando entre nuestros conscientes (corazón y mente) y de allí salta a la acción.

¡Este es el primer aviso, mujer!… No busques afuera lo que adentro está.

Desde el tornillo

Muchas veces sentimos o creemos que un/a emprendedor/a es alguien prestigioso como Steve Jobs (querido y admirado), pero no necesariamente es así. Es posible que una emprendedora sienta que algún proceso en su trabajo pueda ser mejorado y lo aporte como propuesta inicial de un emprendimiento; o tal vez esperando dentro de un tren, tal y como sucedió cuando la norteamericana Mary Anderson, quien a finales del siglo 19, cansada de la lentitud del tren porque el conductor tenía que salir a menudo a quitar la nieve de la ventana, se le ocurrió el diseño de un brazo metálico con una lámina que arrastrara el agua o la nieve. 

Luego de varias modificaciones, dio con el producto que patentó en 1903 y que hoy en día es indispensable en cualquier vehículo. Y así podría darte muchos ejemplos. Lo importante que quiero destacar es que tu idea es importante, que no te inhibas juzgando tu ingenio.

¿Quién nos detiene?

El emprendimiento es uno de los mejores acercamientos a nosotras mismas, en este caso del abordaje a lo femenino, porque nos invita a la introspección, a vernos, a conscientizar lo que pensamos o de los patrones heredados y creados sobre nosotras como creadoras.

La libertad que nos proporciona vernos es una de las mejores inversiones que podemos donarnos. Me explico: es difícil guiarnos nosotras mismas hacia nuestro inconsciente, donde albergamos todo lo bueno y también lo no tan positivo sobre nuestras personas. 

Necesitamos de una persona, un tercero como suelen llamar a los mentores, quien con mucha compasión y sin juicios, irá, como el limpiaparabrisas que inventó Mary Anderson, despejando esos vericuetos por donde nos metemos como cuevas aisladas de sufrimiento hacia el despertar, lo cual es esa hermosura que somos llenas de aceptación.

Sin importar nuestra posición ni nuestra experiencia, todas necesitamos de un mentor/a quien sin imposición nos vaya develando lo que aún no nos hemos dado cuenta. Al principio te parecerá que tienes muchos patrones que se repiten, pero no son tantos, te lo aseguro; más bien son unos cuantos que cambian de caretas, pero que una vez logras identificar se empiezan a desdibujar como marcas en la orillas de la mar.

Una vez que comienza a clarear, no habrá nubes que lo oscurezcan. Así es tu despertar a tu poder como emprendedora, lo sé.

Un mentor/a es un amigo de confianza con quien podrás contar siempre que lo necesites, pero quien tiene la varita mágica eres tú misma, no hay nadie afuera que tenga más poder que tú. Esto también lo sé.

Lo femenino hacia lo femenino

Cada vez más la energía femenina toma más espacios en todos los ámbitos del quehacer directivo, tanto en las empresas como en la educación y en los gobiernos. Aun cuando siguen los posicionamientos culturales de dominación o discriminación, somos testigos de movimientos en todas las naciones a favor de lo femenino y si hay un espacio donde más se hace presente es en el ambiente de emprendimiento. Quizá porque las mujeres estamos más dispuestas a aceptar la colaboración y ayuda o porque las diosas de la mentoría como Atenea o Minerva, quienes según la tradición griega, guiaron al hijo de Odiseo, Telémaco, y este, con sabiduría de Mentor, pudo salvar a su padre y a Ítaca.

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